NUESTRA MISIÓN
Formar una comunidad de discípulos de Jesús mediante la ejecución de estrategias centradas en la Palabra, para que amen a Dios, proclamen el evangelio, vivan en compañerismo, sirvan al prójimo y glorifiquen a Dios.
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NUESTRA HISTORIA
Los inicios de la Comunidad Cristiana Fortaleza de Sión se remontan a la década de los 80, casi de manera simultánea con el establecimiento de los barrios 20 de Julio y Camilo Torres. Su fundador y primer pastor fue el hermano Alfredo Redondo (q. e. p. d.), en representación de la Primera Iglesia Evangélica de Montería (PIEM), afiliada a la Denominación Iglesias Evangélicas del Caribe (AIEC). El grupo inicial se reunía en casas ofrecidas por los mismos hermanos antes de adquirir el lote donde hoy se encuentra el templo.
En dicho lote, el primer templo fue una casa con techo de palma, paredes de balsa y piso de tierra, donde la iglesia se congregó durante varios años. Posteriormente, bajo el pastorado del hermano Ludio Acosta, se construyó un templo con techo de eternit, paredes de bloque repellado y piso de cemento liso. Finalmente, en el año 2015, con el apoyo de la Denominación, se edificó el templo actual.
A lo largo de sus más de 30 años de historia, la iglesia ha sido pastoreada por varios hermanos, entre ellos Yaneth Mora, Rafael Díaz, Félix Carvajal, Joaquín Nieto, Ludio Acosta, Georgina Osorio y Efraín Ramos, quien está al frente desde agosto de 1998. Todos ellos han servido en representación de la PIEM. Hoy, la iglesia ya no depende administrativamente de la PIEM, sino directamente del circuito de Montería.
NUESTRO EQUIPO
EFRAIN RAMOS Y DOLORES PATERNINA
Pastores Principales
FRANCISCO PATERNINA
Anciano
ANDRÉS RAMOS
Líder de Evangelismo y Discipulado
AMIR SERPA
Líder Compañerismo y Servicio
EMIRO VILLALOBO
Anciano y Líder de Caballeros
QUE CREEMOS
ACERCA DE DIOS
ACERCA DE JESUCRISTO
Dios es el creador y regidor del universo, ha existido eternamente en tres personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo (Sal.90:2; Mt. 28:19; 2Co.13:14).
Es el Hijo de Dios, es co-igual con el Padre. Vivió una vida humana sin pecado, y se ofreció a sí mismo como el sacrificio perfecto por los pecados del mundo al morir en la cruz. Resucitó de entre los muertos al tercer día, para demostrar su poder sobre el pecado y la muerte. Ascendió al cielo y volverá otra vez a la tierra para reinar como Rey de reyes y Señor de señores (Mt.1: 22,23; 1Co. 15:3,4; 1Ti. 6:14,15).
ACERCA DEL ESPÍRITU SANTO
ACERCA DE LA BIBLIA
Es co-igual con el Padre y el Hijo de Dios. Está presente en el mundo para hacer conscientes a los hombres de su necesidad de Cristo Jesús. Vive en cada cristiano desde el momento de la salvación. Provee al cristiano entendimiento para vivir, entendimiento de las verdades espirituales y dirección hacia lo que es correcto. Da a cada creyente un don espiritual al momento de su salvación. Como cristianos debemos vivir bajo su control diariamente (Jn.16:7-13; 14:16,17; 1Co.3:16).
La Biblia es la Palabra de Dios para nosotros, fue escrita por autores humanos bajo la guianza sobrenatural del Espíritu Santo. Es el recurso supremo de verdad para la creencia y vida cristiana. Por ser inspirada por Dios, es la verdad, sin ningún margen de error (2Ti.3:16; Sal 119:105, 160).
ACERCA DEL PECADO
ACERCA DEL HOMBRE
El hombre está hecho a la imagen espiritual de Dios, para ser como Él en carácter. El hombre es el objeto supremo de la creación de Dios. Aunque el hombre tiene tremendo potencial para el bien, está manchado por la tendencia a desobedecer a Dios. Esta desobediencia se llama pecado (Gén. 1:27; Sal.8:3-6; Is.53:6).
El pecado de la primera pareja en el huerto del Edén provocó la caída de su rectitud original y perdieron su comunión con Dios, quedando muertos en el pecado y totalmente corrompidos en todas las facultades y partes del alma y del cuerpo. La misma muerte en el pecado y la naturaleza corrompida se transmitieron a través de las generaciones hasta nuestros días con sus consecuencias desastrosa para esta vida y para la eternidad (Is.59:1,2; Ro.3:23; 5:12).
ACERCA DE LA SALVACIÓN
La salvación es el regalo de Dios para nosotros, pero es necesario aceptarlo. No podemos compensar por nuestros pecados por medio de buenas obras o mejoramiento personal. Sólo al confiar en que Jesucristo es la oferta de Dios para el perdón de nuestros pecados, podemos ser salvos de la penalidad del pecado. Cuando nos volvemos de una vida auto-controlada a una vida controlada por Cristo, somos salvos. La vida eterna empieza en el momento en que uno recibe a Cristo como su Salvador y Señor de su vida (Ro.6:23; Ef.2:8,9; Jn.14:6; 1:12).
ACERCA DE LA SEGURIDAD ETERNA
Porque Dios nos da vida eterna a través de Cristo Jesús, el creyente está seguro en esa salvación por la eternidad. La salvación se obtiene y mantiene por gracia y poder de Dios (Jn.10:29; 1Pe.1:3-5).
ACERCA DE LA ETERNIDAD
Las personas fueron creadas para vivir por siempre. Existimos separados de Dios por el pecado o unidos eternamente con Dios por su perdón y salvación. La separación eterna de Dios es el infierno. El vivir en unión eterna con Él es la vida eterna. El cielo y el infierno son lugares reales para una existencia eterna (Jn.3:16; Mt.25:46; Ap.20:15).